- La Vieja Guardia

El meteorito que mató a los dinosaurios provocó un tsunami global de hasta 1,6 kilómetros de altura

Fecha: 05 oct 2022

El asteroide que mató a los dinosaurios al estrellarse contra la Tierra hace 66 millones de años también provocó un tsunami de tamaño gigante con olas de 1,6 kilómetros de altura en el Golfo de México, cuyas aguas viajaron al otro lado del mundo, según un nuevo estudio científico dado a conocer hoy.

Los investigadores descubrieron evidencia de este tsunami monumental después de analizar núcleos de más de 100 sitios en todo el mundo y crear modelos digitales de las olas monstruosas después del impacto del asteroide en la Península de Yucatán en México.

“Este tsunami fue lo suficientemente fuerte como para perturbar y erosionar los sedimentos en las cuencas oceánicas de la mitad del mundo”, explicó la autora principal del estudio, Molly Range, quien realizó la investigación para una tesis de maestría en el Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra de la Universidad de Michigan.

La investigación sobre el enorme tsunami, que se presentó previamente en la reunión anual de la Unión Geofísica Estadounidense de 2019, se publicó en línea en la revista AGU Advances. Range se sumergió en el viaje del tsunami inmediatamente después de la colisión del asteroide. Con base en hallazgos anteriores, su equipo modeló un asteroide que medía 14 kilómetros de anchoy se acercaba a 43.500 km/h, o 35 veces la velocidad del sonido cuando chocó contra la Tierra.

Después del impacto del asteroide, muchas formas de vida murieron. Los dinosaurios no aviares se extinguieron y alrededor de las tres cuartas partes de todas las especies de plantas y animales desaparecieron. Los investigadores son conscientes de muchos de los efectos perniciosos del asteroide, como provocar incendios que cocinaron vivos a los animales y pulverizar rocas ricas en azufre que provocaron una lluvia ácida letal y un enfriamiento global prolongado.

“La distribución de la erosión y los hiatos que observamosen los sedimentos marinos del Cretácico superior son consistentes con los resultados de nuestro modelo, lo que nos da más confianza en las predicciones del modelo”, afirmó Range, quien comenzó el proyecto como estudiante universitario en el laboratorio de Arbic en el Departamento de Ciencias Ambientales y de la Tierra.

Para obtener más información sobre el tsunami resultante, Range y sus colegas analizaron la geología de la Tierra y analizaron con éxito 120 “secciones límite” o sedimentos marinos depositados justo antes o después del evento de extinción masiva, que marcó el final del período Cretácico. “Estas secciones de los límites coincidieron con las predicciones de su modelo de altura y recorrido de las olas”, indicó Range. La energía inicial del tsunami fue hasta 30.000 veces mayor que la energía liberada por el tsunami del terremoto del Océano Índico de diciembre de 2004 que mató a más de 230.000 personas, encontraron los investigadores.

Una vez que el asteroide golpeó la Tierra, creó un cráter de 100 km de ancho y levantó una densa nube de polvo y hollín a la atmósfera. Solo 2,5 minutos después del impacto, una cortina de material expulsado empujó una pared de agua hacia afuera, formando brevemente una ola de 4,5 km de altura que se estrelló cuando la eyección cayó en picado hacia la Tierra, según la simulación. A los 10 minutos, una ola de tsunami de 1,6 km de altura a unos 220 km del lugar del impacto barrió el golfo en todas direcciones.

Una hora después del impacto, el tsunami había dejado el Golfo de México y se precipitó hacia el Atlántico Norte. Cuatro horas después del impacto, el tsunami atravesó la Vía Marítima Centroamericana, un pasaje que separaba América del Norte de América del Sur en ese momento, y entró en el Pacífico. Un día completo después de la colisión del asteroide, las olas habían viajado a través de la mayor parte del Pacífico y el Atlántico, ingresando al Océano Índico por ambos lados y tocando la mayoría de las costas del mundo 48 horas después del impacto.

El impacto del meteorito ocurrió en la zona donde hoy se encuentra México

El poder del tsunami

Después del impacto, el tsunami irradió principalmente hacia el este y el noreste, brotando hacia el Océano Atlántico Norte, así como hacia el suroeste a través de la Vía Marítima Centroamericana que desemboca en el Océano Pacífico Sur. El agua viajó tan rápido en estas áreas que probablemente superó los 0,6 km/h, una velocidad que puede erosionar los sedimentos de grano fino del lecho marino.

Otras regiones escaparon en gran medida del poder del tsunami, incluido el Atlántico Sur, el Pacífico Norte, el Océano Índico y lo que ahora es el mar Mediterráneo, según los modelos del equipo. El equipo incluso encontró afloramientos, o depósitos rocosos expuestos, del evento de impacto en las islas norte y sur del este de Nueva Zelanda, a una distancia de más de 12,000 km del cráter Chicxulub en México.

Originalmente, los científicos pensaron que estos afloramientos se debían a la actividad tectónica local. Pero debido a su edad y ubicación en la ruta modelada del tsunami, los investigadores del estudio lo atribuyeron a las olas masivas del asteroide. “Creemos que estos depósitos están registrando los efectos del tsunami de impacto, y esta es quizás la confirmación más contundente de la importancia global de este evento”, precisó Range.

El tsunami generado por el meteorito fue 30.000 veces más fuerte que el que vivió Asia en 2004


Si bien los modelos no evaluaron las inundaciones costeras, sí revelaron que las olas en mar abierto en el Golfo de México habrían superado los 100 m, y las olas habrían alcanzado alturas de más de 10 m cuando el tsunami se acercó a las regiones costeras del Atlántico Norte y partes de la costa del Pacífico de América del Sur, según el comunicado.

A medida que el agua se hizo poco profunda cerca de la costa, la altura de las olas habría aumentado drásticamente. “Dependiendo de las geometrías de la costa y las olas que avanzan, la mayoría de las regiones costeras se inundarían y erosionarían hasta cierto punto”, escribieron los autores en el estudio. “Cualquier tsunami históricamente documentado palidece en comparación con tal impacto global”, agregaron.

Fuente y foto: DPA /AP / AGU Advances /Europa Press